lunes, 10 de noviembre de 2008

Tu espalda


Palabras calcinadas sin sonido,
un mar muerto de demasía y putrefacción.
Tu espalda... 

he visto tu espalda,
en un lugar.
En una sombra que desaparece entre mis sabanas,
entre unos dedos torpes,
algo sorprendidos...


Te deslizas queriendo escapar,
pronunciando formas que no comprendo.


Te miento y continuo,
me humanizo,
sigo mintiendo, negando, respirando, dañando.
Me descuido... y t
e vas.
Tu silueta desaparece.
Estoy sola.